Del Muro a la Valla, lo que significa ser Mujer
En el marco del Día Internacional de la Mujer, como desde hace 46 años, la ONU conmemora este día como acto de reconocimiento de la lucha y la búsqueda de las mujeres por lograr una sociedad más igualitaria, más equidad y más justa, con pleno respeto y reconocimiento de sus derechos.
Sin embargo, no podemos ocultar que, en los últimos años, esta lucha se ha vuelvo empantanada por los altos índices de violencia hacia las mujeres y por la presencia, cada vez más constante, de feminicidios de todas las edades, un fenómeno que genera un desgarro de la calidad humana y nos evidencia como una sociedad carente de valores y de sentido humano.
No debemos permitir que esto suceda, la mujer es sinónimo de amor, de cariño, de protección, de fortaleza, de trabajo, de unión y de todo aquello que nos hace fuertes. En mi caso, tengo dos ejemplos fieles de estos sinónimos, mi madre y mi hermana, dos mujeres íntegras que son mi ejemplo, mi motivo y mi fuerza; pero también cuento con tías, primas, compañeras y amigas, todas ellas merecen todo mi respeto y reconocimiento por una sencilla razón, por el simple hecho de ser mujeres.
En su momento, hace casi 5 años, cuando el candidato Trump acuñó como bandera la construcción de un muro fronterizo para evitar el paso de mexicanos a Norteamérica, el cual siempre sostuvo que pagaríamos todos los mexicanos, me opuse rotundamente porque ese muro simbolizaba la discriminación, el racismo y la degradación de la calidad humana; un acto que desde luego debía evitarse y más, por la forma en la cual estaba siendo concebido.
Ahora, en nuestro país, desde el viernes pasado, el Gobierno de la Ciudad de México, en coordinación con el Gobierno Federal, ambos morenistas, colocaron una serie de vallas en los alrededores de Palacio Nacional y de los principales monumentos históricos, bajo el argumento de resguardarlos ante la “supuesta”, no confirmada, ola de manifestaciones “violentas”, tampoco certeras, de un centenar de mujeres en marco del Día Internacional de las Mujeres.
Si en su momento consideramos a Trump un misógino, un elitista, un racista y un machista, ¿Qué adjetivos ahora se podrían imputar a López Obrador y los morenistas que lo siguen? No es con policías o vallas como se trata el tema de la igualdad, la equidad y el combate contra los feminicidios, por ello, señor AMLO, ¿Dónde quedaron los abrazos no vallazos?
Se equivoca el Gobierno Federal al pretender que con vallas logrará callar a las millones de mujeres que, con justa razón, demandan un México más igualitario y más equitativo, con pleno reconocimiento y respeto a sus derechos.
La estrategia no ha funcionado, los grupos de colectivos de mujeres desparecidas, las que luchan por sus derechos y las que demandan un trato justo, merecen todo nuestro respeto, pero ante todo, merecen el apoyo y el respaldo de la Ley, por lo que el Estado debe garantizarles una atención oportuna y de resultados eficaces, en pocas palabras, es predicando con el ejemplo y ofreciéndoles solución a sus justas demandas; de esta forma, las marchas y manifestaciones serán pacíficas y hasta de reconocimiento de la actuación de su Gobierno.
Aprovecho este espacio para reconocer la labor y el trabajo que realizan todas las mujeres en el mundo, mujeres trabajadoras, madres solteras, jefas de familia, emprendedoras, ejecutivas, mujeres destacadas y líderes en sus respectivas actividades; cada una merece nuestro respeto y cariño.
Los invito a fortalecer la campaña de CERO VIOLENCIA, que les permita a las mujeres, una vida plena y a nosotros como sociedad, una vida más humana.
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