Entre Columnas
Dolor y muerte.
Martín Quitano Martínez.
La violencia es el último recurso del incompetente.
La muerte es visitante distinguida de nuestro país. Se enseñorea gustosa en su territorio generando una pesadilla de dolor y angustia que nadie es capaz de contener. La muerte en México se comporta de manera abusiva pues tiene los aliados perfectos: la colusión de varios, el silencio de muchos, los temores y el horror del resto; nadie parece estar a salvo pues la vida se vuelve el juego riesgoso que en cualquier momento se puede perder.
La violencia cubre al país ominosamente, porque no solo se trata de la violencia terrorífica o terrorista del crimen organizado o de la del Estado que también es bastante aciaga, sino que a ésta se suman la serie de hechos que muestran la violencia de la desigualdad, de la pobreza, de los derechos humanos atacados, de la masiva corrupción e impunidad gubernamental que también son hechos intimidatorios para el ciudadano.
Los temores transitan por el subconsciente social que cada vez más percibe el clima de fragilidad institucional y social, que es intimidado por un tufo persecutorio y de intolerancia que sopla demasiado cerca de cualquiera y toca furiosamente a las voces que señalan, a las que no se permiten el silencio frente a la descomposición existente.
La tristeza, la rabia frente al asesinato en la ciudad de México de Rubén Espinosa el fotoperiodista y cuatro mujeres entre ellas la antropóloga de la Universidad Veracruzana Nadia Vera, ha cimbrado las conciencias de muchos que encuentran en este trágico suceso la muestra clara no solo de un hecho más de la violencia irracional, sino el mensaje de la intolerancia y el cobro de facturas ante las visiones críticas y las posiciones y coberturas que salen de los controles de los poderes formales o fácticos.
El múltiple asesinato es uno más de los hechos que marcan para la historia negra mexicana el escenario presente que agravia al conjunto social. Lo horrendo de los crímenes está directamente relacionado con la forma cruel en la que se cometió pero principalmente con las sospechas que se forjan alrededor de él y que conducen a interpretaciones que ponen en jaque nuestra maltrecha realidad institucional y de ejercicio de gobierno.
El feminicidio, el que haya muerto una activista y un periodista crítico, son todos elementos que construyen hipótesis que superan el simple motivo del robo; el sentir social se ubica en otras referencias que de no ser ciertas merecen respuestas claras y contundentes.
Tomar la opción de no aclarar y dejar pasar el tiempo ofende, aspirar a que como en otras ocasiones se articulen mentiras sería un salto al vacío pues la exigencia es única y precisa, esclarecimiento del multihomicidio y castigo a los culpables, nada menos que eso.
DE LA BITÁCORA DE LA TÍA QUETA
“La defensa de la vida es la defensa del derecho a decidir de las mujeres”: Fray Julián Cruz. Habría que agregar y de todos.
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