Entre Columnas
México; la ofensiva desigualdad.
Martín Quitano Martínez
“México es el país de la desigualdad.
En ninguna parte existe una desigualdad más
espantosa en la distribución de la fortuna, de la civilización.”
Alexander Von Humboltd
1769-1859
Es
la desigualdad marca distintiva de un modelo económico que domina el escenario
mundial, es la condición que define las circunstancias de reproducción de un
patrón de relaciones socioeconómicas que privilegian la vida de muy pocos a
expensas de la mayoría; en los últimos 40 años México ha profundizado sus
niveles de desigualdad, de concentración del ingreso, pero nunca tanto como
ahora.
El
lúcido documento que presenta la Organización No Gubernamental OXFAM México con
autoría de Gerardo Esquivel sobre las condiciones que prevalecen en nuestro
país, dejan muy en claro esas “normales” contradicciones de unas relaciones
económicas donde el proceso de concentración se ha venido dando a cada vez
mayor nivel.
El
capitalismo salvaje expoliador, ni más, ni menos, porque los datos son
contundentes; si para 2014 las “85 personas más ricas controlaban tanta riqueza
como la mitad más pobre de la población mundial, un año después, para enero del
2015, el número se había reducido a 80” El
documento deja claro que la mayor preocupación del foro económico mundial es
precisamente la profundización de la desigualdad.
Nuestro
caso mexicano es angustiante en una revisión mundial desde cualquier punto de
vista por las palpables muestras de voracidad realmente existente del modelo
dominante, donde existen más de 23 millones de habitantes que no pueden
adquirir una canasta básica junto con uno de los hombres más ricos del mundo.
Es
México el país 107 de 132 como más desigual y se ubica entre el 25% más
desigual del mundo.
En
nuestro país, al 1% de los más ricos les corresponde un 21% de los ingresos
totales de la nación y según el Global Wealth Report 2014 el 10% más rico concentra el 64% de toda la riqueza
del país.
Aquí
no ha crecido el número de multimillonarios en los últimos años, pero si lo ha
hecho su nivel de acumulación de riqueza; para 1996 equivalían a 25,600
millones de dólares, hoy esa cifra es de 142, 900 millones de dólares.
Otro
dato que cala es que si para 2002, la riqueza de 4 mexicanos representaba el 2%
del PIB, entre 2003 y 2014 se incrementó en estos mismos 4 mexicanos, ahora acumulan
un 9% del PIB, lo que significa un tercio del ingreso acumulado de casi 20
millones de mexicanos.
Gerardo
Esquivel plantea que esos 4 millonarios, a saber, Carlos Slim, Germán Larrea,
Alberto Bailleres y Ricardo Salinas Pliego, son algunos de los que más han sido
beneficiados de las dádivas del Estado a partir de las privatizaciones
entregadas desde el poder, esos son parte de las élites que han capturado al
Estado, por falta de regulación o por privilegios fiscales.
Son
obvias las implicaciones que hay detrás de los datos que desvelan la situación
que priva en nuestro país, las que no solo se circunscriben en el apartado
económico sino que impactan lo social y lo político.
Los
intereses dominantes que fijan gobiernos para
la corrupción y la impunidad como salvaguarda de sus estatus,
gobiernos que no logran ejercer una política social a la cual solo
podemos calificar de “un fracaso”, junto con un discurso justificatorio de que
el crecimiento permearía naturalmente hacia abajo, lo que queda como un mito
perfectamente demostrable.
El
México profundamente desigual e injusto es mostrado en un documento que bien
merece recomendarse y revisar continuamente: Desigualdad Extrema en México Concentración del Poder Económico y
Político, estudio que desenmascara
los discursos y las palabrerías que hablan de un progreso y una prosperidad que
resulta una afrenta por la realidad lacerante que se padece.
DE LA BITÁCORA DE LA
TÍA QUETA
¡Qué pena! Coatepec
enfrascado en el debate de las personas, pero de programas, proyectos y trabajo
ni se habla.
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